El Albercón de las Damas

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La construcción de la Alhambra estuvo unida a la necesidad de desarrollar un sistema hidráulico para agua que se basa en la Acequia del Sultán.

Era imprescindible que la Alhambra tuviera agua, y había que traerla desde alguna parte.

Entonces…

¿Cómo subían el agua a la Alhambra?

Unos seis kilómetro más atrás del Generalife, en el punto llamado Jesús del Valle, el río Darro se encauza hasta la parte alta de esta colina del Cerro del Sol.

Desde allí abastece al Generalife para, posteriormente, mediante un acueducto, entrar en la Alhambra.

El Albercón de las Damas del Generalife, Alhambra

El Albercón de las Damas del Generalife, Alhambra

Entre las fincas de explotación agrícola y ganadera, el Generalife era la más próxima a la Alhambra, con un palacio y grandes huertas en su interior.

La gran acequia que las regaba corre paralela a las huertas.

Las necesidades de regadío de otras huertas de los alrededores motivaron la construcción de una derivación, por medio de una galería perpendicular subterránea, un profundo pozo, una noria y una gran alberca.

El objeto de esta construcción era llevar el agua hasta las zonas más meridionales, para lo que era necesario conducirla hacia la zona más elevada de la finca.

Los Albercones

A estas construcciones se le conoce como Los Albercones.

La galería subterránea finaliza en un pozo bajo un torreón, denominado de las Damas, construido para protegerlo así como para albergar la noria que subía el agua desde la Acequia Real.

Andenes de ladrillo rodean a la alberca, así como una escalera para acceder a una terraza que debió disponer de un mirador o pabellón sobre el Albercón.

Con la moderna recuperación de la Alhambra y de sus valores patrimoniales, en 1926 se construyó un nuevo Albercón junto al nazarí para aumentar la presión de agua en todo el circuito y ya en la década de los sesenta del siglo XX, con el desarrollo del turismo, se hizo necesario construir un tercer Albercón.